El invierno pasado ya tuvimos la oportunidad de probar unas naranjas y unas mandarinas riquísmas, y ahora empieza la temporada de cítricos.
Los primeros que llegan a nuestra mesa son las mandarinas, y en este caso las Clementinas.
Un fruto pequeño, de piel fina pero que se pela genial. Dulce y llena de zumo.
De la mano de Campo Filósofo podemos tener en casa del campo a la mesa unas deliciosas mandarinas.
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Las mandarinas están tratadas con todo el cariño que merecen.
El color ya hace que apetezcan
Los gajos de piel fina, para los niños ideal.
¿Qué nos aporta comer mandarinas?
Las mandarinas se caracterizan nutricionalmente por su contenido en vitaminas y en minerales, lo que las convierte en un alimento con una elevada densidad nutricional. En su composición destacan principalmente la vitamina C, la provitamina A (betacarotenos), el ácido fólico, el potasio y el magnesio.
La ingesta de dos mandarinas cubre el 100% de las recomendaciones de vitamina C. Esta vitamina favorece la absorción del hierro de los alimentos e interviene en la formación del colágeno. Su deficiencia determina la aparición de hemorragias, especialmente de los vasos de pequeño calibre ya las encías.
Durante la gestación, la lactancia y en los fumadores sus requerimientos aumentan. Dada la incapacidad de las personas de sintetizar la vitamina C, es indispensable consumirla mediante los alimentos.
Respecto a los cítricos, la mandarina es una de las frutas que presenta más betacarotenos en su composición. En nuestro organismo los betacarotenos se convierten en vitamina A y junto a la vitamina C cumplen una función antioxidante. Los antioxidantes combaten la acción nociva de los radicales libres, substancias responsables del desarrollo de enfermedades degenerativas, cardiovasculares, cánceres y también el envejecimiento prematuro de la piel.
La mandarina es una fuente de fibra, esencial para estimular la movilidad intestinal y evitar así el estreñimiento. Gracias a su alto contenido en agua, potasio y magnesio, se recomienda su ingesta para reponer los minITTERerales perdidos después de practicar cualquier actividad física.
A parte de su rico contenido en potasio y magnesio como son pobres en sodio son altamente recomendables para las personas que sufren de hipertensión arterial o afecciones cardíacas. Su alto contenido en agua y su escaso contenido en azúcares las convierten también en un alimento ideal dentro de cualquier dieta hipocalórica debido a su alta densidad nutricional y su baja densidad energética, es decir, que aportan muchos nutrientes y muy pocas calorías.
Las mandarinas clementinas son una fruta ideal para los niños, gracias a su agradable dulzura, su escaso sabor ácido y su alto porcentaje en jugo, la falta de semillas y la facilidad para consumirlas. En definitiva, para toda la población, las propiedades y virtudes nutritivas y preventivas de las mandarinas las convierten en una fruta de buena elección.
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que buena pinta todo lo que sea del campo directo es lo mejor
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